porque la electricidad de su mirada me mantiene atada,
callada, pasada de vueltas que ya no me afectan.
Sin abandonar la conexión me acerco sin temor,
y acaricio con mis retinas la dilatación de sus pupilas.
Fijo, sombrío, penetrante y con un escalofrío aparta la tensión,
la disipa dejando un vacío en mis retinas,
en mis labios secos,
en mi lágrimas vacías,
en mi músculos tensos,
y mi fuerza se extravía.
En mi corazón perdido en una cantina.
-M
No hay comentarios:
Publicar un comentario